Por fin luce el sol

¡Cómo se nota que llega la primavera!

Hoy la tienda se ha llenado de gente que venía a comprar flores para decorar sus jardines. Nos hemos quedado sin geranios, gitanillas, margaritas, etc... En unos días dará gusto pasear por el pueblo y ver todos los jardines floridos. ¡Y el olor inundará todas las calles! ¡Qué alegría!

Estoy deseando que llegue el Domingo (único día que la tienda cierra), y preparar todo para ir de picnic. Me pondré mi camisa de cuadros, mi pantalón vaquero corto, las sandalias, y mi gorrito de volante ancho blanco. Luego iré al prado que hay junto al río, y me sentaré a pasar el dío contemplando la naturaleza.

¡ Qué ganas de que llegue el Domingo!

Más relajada

Qué maravillosa es la música, ¿verdad? Y si la acompañas de la lluvia, el efecto relajante está asegurado. Ya casi ni me acuerdo del mal día que he tenido hoy. Y es que a veces, por muy mal que lo estés pasando en el momento y creas no poder olvidarlo jamás, afortunadamente, la memoria es corta y selecciona lo que de verdad merece la pena guardar. Es como dicen las madres, "Todo lo malo del parto, se olvida". Al igual que se olvidan las noches sin dormir, los dolores de espalda, etc... Yo aún no sé de eso, pero espero algún día saberlo. Aunque para eso necesito encontrar a un ser del otro sexo, y no sé si será fácil... hasta la fecha no lo ha sido.

Ahora que estoy un poco más relajada, os voy a contar por qué he decidido escribir este blog. La verdad es que soy bastante novata en esto de la tecnología, pero cuando no tienes a nadie más a quién contarle tus penas, y espero, tus alegrías, tienes 2 opciones: o te las guardas dentro de tí hasta que no quede ningún espacio y explotes, o buscas a alguien a quién contárselas. Tal vez nunca haya nadie al otro lado, pero el hecho de no saberlo me da la ilusión de que sí lo haya, y con eso calmo mi ansiedad y, de paso, vacío mi espacio interior para que las cosas que no me atreva a contar aquí tengan su hueco dentro de mí.

Ya es tarde y mañana toca madrugar como todos los días, así que me voy a la cama.

Gracias por estar ahí.

Qué día...

Aaaaaahhhhh!!! Qué día, por Dios!!!

Menos mal que ya son las 19:00 y ya estoy en mi casita, sana y salva, donde nadie más me puede molestar.

¿Por qué la gente es tan pesada? Hay días en los que parece que la gente es más tonta de lo normal, o a lo mejor, es justo al revés, y hay días en los que la gente es "normal".

Perdonad que hoy no escriba nada más, pero es que de lo único que tengo ganas ahora es de ir a la cocina, hacerme un sandwich de jamón, queso, y mermelada de fresas, y comérmelo tranquilamente mientras escucho a Loreena McKennit y veo cómo sigue lloviendo por la ventana. Con un poco de suerte, aparece Noé y me lleva a su barca donde me estará esperando un buen maromo (si es que existe...).